La última joya de la Factoría Wenger: Jack Wilshere, 1992, natural Stevenage, Hertfordshire. A su tierna edad está demostrando que posee unas cualidades que invitan al mayor optimismo. Tiene mucha calidad, tanto en el pase como con la pelota en los pies, por lo que mezcla bien en el juego horizontal, pero además tiene velocidad y actitud ofensiva, por lo que también es muy vertical. De hecho, ahora juega más retrasado que antes, pasando de moverse desde los tres cuartos a partir desde más atrás, lo que ha potenciado sus virtudes como deep-lying playmaker (vaya nombrecitos que se le ocurren a los académicos ingleses…).
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| Jack Willshere |
Por si fuera poco, a pesar de sus capacidades técnicas y su corta estatura (1,70m) no es un jugador débil o delicado, sino todo lo contrario: tiene mucha garra y no se arredra lo más mínimo en el contacto físico, haciendo honor al lema del condado de Hertfordshire: Trust and fear not (“Cree y no temas”) —de hecho a veces tiene problemas para controlar su temperamento—. No exagero con los halagos. Esto ha dicho Wenger de él:
''Sabe encontrar balones decisivos y marcar goles. Es apasionado y comprometido… y cualquiera querría tener este tipo de jugador para finalizar las jugadas por el centro. No se esconde ante los desafíos y eso es una tremenda fuerza que todo el mundo quiere tener''.
Lo significativo de esas palabras es que fueron pronunciadas por el técnico galo cuando Wilshere tenía dieciséis añitos —acaba de cumplir los diecinueve en Año Nuevo—. La temporada pasada acordó con su mentor irse cedido en la segunda vuelta y aunque el técnico prefería que escogiera alguna de las ofertas de equipos de la Championship, para garantizarse minutos, pero el joven Jack dio muestras de su temperamento y quiso apostar por un premier, el Bolton Wanderers. Tanto gustó allí que infructuosamente intentaron quedárselo un año más.
A Fabio Capello no se le escapó la ascensión de Wilshere y en Agosto se produjo su debut con la Selección Absoluta —ya era un habitual de las inferiores—, convirtiéndose en el 10º jugador más joven en debutar. No ha dejado de crecer y este año está siendo el de su definitivo breakthrough. Ha jugado 23 partidos en la Premier (20 como titular), más que ningún otro centrocampista a excepción del pivote Song. Y como le suele pasar a los grandes, su carta de presentación en la Champions League fue un gol que aúna algunas de las cualidades anteriormente citadas: verticalidad, combinación y calidad para definir.
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