Ahora, a la final de la Conferencia.
El Heat de Miami ganó anoche la guerra de los tríos y viniendo de atrás se impuso espectacularmente 97-87 a unos Celtics de Boston, llevándose así la serie 4-1 y clasificando para discutir el campeonato del Este.
Y es que como dice el refrán “no hay quinto malo”, fue un tremendo juego, las mejores emociones quedaron para el final donde el quinteto de la Capital del Sol supo imponer su mejor juego para clavar el último clavo en el ataúd de los Celtics.
“Una gran victoria con un gran final. Fue la culminación de un proceso donde se impuso una extraordinaria defensa y una gran finalización”, dijo un emocionado Erik Spoelstra. “LeBron James al final estuvo increíble, como también lo estuvo Juwan Howard cuando Joel Anthony tuvo problemas de faltas”.
Una noche más fue Dwyane Wade la bujía que encendió al Heat, mientras James su motor y Chris Bosh esa tercera rueda tan necesaria en los momentos clave.
El Heat llegó al último cuarto con dos puntos de desventaja y, en vez de apretar, permitió que los Celtics aumentaran a siete la diferencia. Miami reaccionó y no sólo logró recuperar la ventaja sino que se fue arriba.
Con 2:54 para el final del choque Bosh igualó a 87 con una clavada y posteriormente James puso arriba a Miami con una canasta de tres puntos. Poco después el King logró el punto de ebullición con otro triple y en los minutos finales los Celtics, entregados, fueron atropellados por el Heat.
Wade estuvo inmenso no sólo porque anotó 34 puntos, sino por su agresividad y extraordinario trabajo en defensa, acudiendo en ayuda de sus compañeros, robando balones, bloqueando a sus rivales y tomando 10 rebotes. James despertó en la segunda mitad y concluyó con 33 puntos, mientras que Bosh se iba con 14 unidades y 11 rebotes.
Ray Allen con 18 puntos, Kevin Garnett con 15 y Paul Pierce con 12 fueron los mejores de Boston, aunque a diferencia del Heat tuvo el apoyo de los jugadores de banco, quienes sumaron 33 puntos por 12 los locales.
El electrónico del American Airlines Arena reflejaba un 49-47 favorable a Boston en el descanso, después de que el Heat estuviera a remolque durante toda la primera mitad, sobre todo gracias al aporte de Wade, quien con 23 cartones se convirtió en una verdadera pesadilla para los Celtics.
El juego comenzó muy igualado, con pocas anotaciones. Las respectivas defensas dominaban las acciones y los errores se sucedían. Garnett llevaba la voz cantante por los visitantes, mientras que Wade era el que sacaba la cara por el Heat.
El quinteto abridor de Miami se mantuvo pegado en el marcador, pero los Celtics aprovecharon la mala rotación de los locales para irse escapando y finalizar el primer cuarto con ocho puntos de ventaja (24-16) en la pizarra.
Miami aprovechó el descanso de Garnett para acercarse a Boston en el inicio del segundo cuarto, pero el delantero de poder de Boston regresó y su equipo, ahora liderado por Allen, recuperó la ventaja.
El Heat estaba negado de cara al aro, con un 32% a mitad del período, sólo D-Wade se salvaba de la quema, James y Bosh apenas sumaban tres canastas, pero aún así se las ingenió para continuar pisándole los talones a los Celtics y ponerse a sólo dos puntos al llegar el intermedio, en el cual Pat Riley recibió un pequeño homenaje haber sido nombrado Ejecutivo del Año en la NBA.
Los Celtics trataron de escaparse en los primeros compases del tercero, pero les fallaron las piernas. Con 3:45 para el final del cuarto, Wade le robó la cartera a Jeff Green y clavó el balón, empatando el choque a 65.
Poco después con un tiro libre puso por delante al Heat por segunda vez en el choque y finalmente, tras intercambiar varias veces la punta, las cosas quedaron como empezaron, con Boston arriba por dos unidades (73-71).
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